No se por qué
hacia ti me dirijo,
a pesar de tu
verdad insolente
mis sentidos
solo buscan
tus labios divinos.
Me tienta la rutina,
el asedio,
la nueva casa
y las cajas
sin desempacar,
una botella de vino ya vacía
y otra sin abrir ,
una sola copa ,
una lista
de cosas que hacer,
el periódico,
las flores secas
y los eucaliptos
en el jarrón.
Esta distancia que
no es distancia
este abrazo que me abraza
en el silencio de mi soledad
me tienta
a transgredir
los misterios
de las épocas y el tiempo
irrumpiendo en el espacio
para lograr finalmente
tu cuerpo con alma
en el mío respirar.
Ha llegado el momento
lo que siento
no me permite pensar,
si voy o no, no entiendo
nada
y hasta tu verdad ingrata
no hará que claudique
solo pienso en tus besos,
esos que me has dado,
en tus manos, tu caricia
viajando por los
valles indómitos
de mis montañas y llanos
buscando sedientas
el llanto, el gemido
de mis adentros.
Me dirijo a tu encuentro
todavía vivo
en tu mágico sueño,
será un consuelo,
¿una falsa justificación ?
no se por que, pero
me dirijo hacia ti.
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